NINGUNA AUTORIDAD POR MÁS PODEROSA QUE SE CREA PUEDE ATENTAR CONTRA TUS DERECHOS UNIVERSALES

sábado, abril 04, 2009

Tiranía del siglo XXI vs. Democracia Republicana



La primera Constitución de Venezuela del 21 de diciembre de 1811, es la tercera del mundo y la número uno de Hispanoamérica. La precedieron la de los Estados Unidos de America y la de la Revolución Francesa. Nuestra Carta Magna original, inspirada como la de sus antecesoras, en las ideas de la ilustración, promueve una democracia republicana, con amplias garantías ciudadanas, especialmente en lo referente a los derechos civiles y políticos; libertades publicas, división y autonomía de los poderes públicos; subordinación del poder armado frente al poder civil; estableció un modelo federal y descentralizado con plena autonomía para las siete provincias que conformaron la unión; eliminó los fueros o privilegios coloniales; reguló el poder ejecutivo en un triunvirato, a fin de conformar un ejecutivo plural…Para su época representó un avance colosal.

De la monarquía absoluta, pasamos a la república federal. Del despotismo español a una patria libre. Nuestras provincias dependientes del reino, pasamos a conformar una unidad en torno a Venezuela. De Capitanía General a Confederación de los Estados Unidos de Venezuela. De súbditos a ciudadanos. De desiguales en lo político y en lo civil, a iguales en todo. A la esclavitud se acordó suprimirla de manera progresiva. Un pueblo sin derechos los tuvo todos. Nadie tenía sufragio y se abrió el mismo para que pudiéramos decidir nuestro propio destino. De no tener representantes pasamos a elegir autóctonos. De no tener libertad de expresión pasamos a contar con plenas libertades de opinión e imprenta.

El poder español no tenía límites y de repente pasamos a controlar nuestro mismo poder público. La soberanía se traslado del rey español al pueblo venezolano. De una absoluta concentración del poder pasamos a la separación de los poderes públicos. De estar regidos por las siete partidas de Alfonso el sabio y las leyes de indias, pasamos a tener nuestras cartas magnas provinciales, la Constitución de 1811 y las leyes que nos dábamos de forma soberana.

Nuestra primera Constitución reflejó el espíritu de los pueblos, que apoyados en la razón tomaban para si la soberanía y la despojaban de la cabeza de los reyes. El terminó republica se opuso al de monarquía. Ahora existía una Constitución mediante la cual, se protegía al ciudadano, frente al inmenso poder central, que también se dividía para atenuarlo. La Carta Magna establecía un estado de derecho, donde todos somos iguales y estamos obligados frente a la ley, incluyendo por supuesto a los gobernantes.

El bautizo de la patria como nación independiente, se realizó con las formas y con las huellas, de un fondo, profundamente democrático. Todos los ciudadanos, en sus distintas clases obtuvieron representación. El ochenta por ciento de la representación constituyente estuvo en manos civiles.

Para un país que se adentraba en la guerra de independencia, el modelo era demasiado utópico. Por ello, Bolívar lo crítico al calificarlo como de “república área” a pesar de alabar el modelo de las autonomías provinciales, que se había adoptado en la Constitución de Norteamérica. A los pocos meses, el congreso tuvo que delegar todo el poder en el generalísimo Francisco de Miranda, para “salvar la patria” utilizando cualquier medio.

La primera Constitución de Venezuela sirvió de inspiración a las demás de los pueblos americanos, que fueron declarando su independencia en casada o a través de lo que se denomina el efecto domino.

Cuando hoy observamos como se concentra el poder en unas solas manos, arremetiéndose contra la independencia de los poderes públicos. Cuando se agrede al estado federal y descentralizado consagrado. Cuando se irrespeta al estado de derecho y se insiste en imponer una reforma negada por la soberanía popular. Cuando se violan los derechos humanos como el debido proceso, el derecho a la defensa y se ponen contra la pared a los medios de comunicación privados. Cuando el ejecutivo impone su voluntad sin limitaciones, confiscando propiedades, expropiando y actuando sin ningún plan, no estamos ante una verdadera democracia. El modelo de “socialismo del siglo XXI” nos llevará, sino lo detenemos, al fracasado marxismo del siglo XX. Lo peor, estamos apartándonos de nuestros principios y orígenes como nación. La patria que vio nacer la Constitución de 1811 se revuelve en su tumba ante tanta impunidad, corrupción, delincuencia y olvido de los valores republicanos.

Oscar Arnal
Abril 3, 2009

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