NINGUNA AUTORIDAD POR MÁS PODEROSA QUE SE CREA PUEDE ATENTAR CONTRA TUS DERECHOS UNIVERSALES

viernes, diciembre 24, 2010

La Reacción Verde. Resistencia Civil Organizada (RECO)



Por: Ignacio Plaz-Juanes.-
‎Los cables y primeros titulares de los diarios de Venezuela que leemos en Europa permiten, tal vez con no exagerado optimismo, afirmar que la Plaza Bolívar de Santa Bárbara del Zulia, ayer 19 de diciembre de 2010, se convierte en el epicentro de la reacción ciudadana y el ejercicio de la garantía y protección de los venezolanos frente a la actuación arbitraria e ilegítima de las hordas del chavismo-comunismo.
Estas bandas armadas que conforman activistas políticos del partido PSUV, del militarismo pseudo institucional y funcionarios de los poderes públicos, se sitúan al margen de los principios constitucionales en abierta violación al andamiaje que soporta al ya precario Estado de Derecho en Venezuela.
“La Reacción Verde”, como se ha dado en llamar la valiente respuesta de los productores del Sur del Lago frente a la expropiación de 45 fincas productivas ha desencadenado, hasta ahora, el respaldo de productores agrícolas y ganaderos de los estados Táchira, Mérida, Falcón y Carabobo. Y no dudamos que ese respaldo continúe por parte de otros estados y no solo por empresarios y trabajadores del campo sino también por hombres y mujeres de distintas procedencias sociales y económicas. Esto que comenzó como un destello ha incendiado la paciencia de muchos venezolanos y amenaza en convertirse en la explosión indignada de un pueblo que ha visto, pacientemente, la modificación de su ordenamiento constitucional que, en definitiva, son sus reglas de organización social. Las normas simples y sabias para la convivencia ciudadana. Normas que exceden de la autoridad de funcionario alguno. No importa que esa reacción vaya a ser acallada, la lucha es desigual: es el poder de las armas y la sinrazón frente al desarmado decoro de un puñado de venezolanos.
Lo trascendente es el ejemplo. Es el soplo de aliento que permite a muchos venezolanos sentirse más dignos y responsables frente al avance sin tregua del chavismo-comunismo. No importa que exista una orgia del dinero fácil para muchos integrantes de buena parte de la amorfa y desvergonzada burguesía venezolana. Que la obsecuencia de la prensa venezolana, con muy honrosas excepciones, acalle los desmanes del chavismo y que trueque la crítica por la genuflexión. No. Lo importante, lo trascendente, lo que tiene vocación histórica, es que el pueblo de Venezuela fiel a su tradición republicana , a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, pueda desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos. Pero esto último no es un aserto retorico. Es, por contrario, el texto exacto de la norma consagrada en la constitución venezolana en su artículo 350. Y ahora, parte de ese pueblo que es el pueblo mismo como un todo pues mal puede entenderse la unanimidad de reacción, está ejerciendo su derecho al desacato a una autoridad que está contrariando valores, principios y garantías constitucionales.
La Reacción Verde también desborda a la melindrosa Mesa de la Unidad. Es decir, desborda a la formación opositora electoral de Venezuela. Para quienes su objetivo invariado es mantenerse en la línea democrática para que alguno de sus miembros opte en “elecciones limpias” a convertirse en el jefe del Estado en el 2012. Es decir, ignorar lo que acontece hoy, para perseguir el veleidoso sueño de ganar en un proceso electoral trasparente “un derecho a lo que tal vez no tendrán derecho”. La Reacción Verde desborda a los opinadores más conspicuos de la prensa venezolana que por años vienen repitiendo, candorosamente, que ahora si es verdad que estamos muy cerca de una dictadura.
Desde luego que la militarización de la zona no se hará esperar. ¿Qué otra cosa puede esperarse de un régimen militar? Es dudoso que el mandón de Venezuela apele al dialogo; a ese recurso democrático que se enraíza en el senado romano y que es de la esencia de la democracia. Dialogo, consenso y acuerdo obligatorio para las partes. Para la precaria mentalidad militarista de los hombres de gobierno de Venezuela, el dialogo, lejos de ser un atributo para el consenso democrático, es una conducta vergonzosa. Desde luego, salvo que se trate de salvar sus propias vidas en los juicios de responsabilidad que les esperan.
No existe, para el régimen imperante, otra alternativa que calificar de sediciosos, contrarrevolucionarios y apátridas a estos trabajadores y empresarios venezolanos. Les espera la condena y el escarnio público. Para otros, se están convirtiendo en un instrumento de la historia de Venezuela que encarna la desobediencia civil. Esa desobediencia que tiene el pueblo para no cumplir, sin violencia, una norma, una decisión, de cualquier autoridad que se considere injusta, ilegitima y lesionadora de derechos fundamentales. Desobediencia que encarnó el agricultor Franklin Brito en su vano intento por despertar la solidaridad de la sociedad civil en reclamación de sus cercenados derechos.
Alcalá de Henares
Diciembre de 2010

miércoles, diciembre 22, 2010

La miseria que deshonra.


Cuando un individuo se apropia de un bien que no le pertenece es simplemente un inmoral. Sus necesidades no pueden ser la justificación. Si aceptáramos esta regla impropia, el saqueo sería la norma que regiría los destinos de la humanidad, solo porque las necesidades son infinitas y siempre subjetivas. Habrá que admitirlo como corresponde, sin peros, sin medias tintas, no es cierto que la pobreza otorgue derechos especiales a disfrutar de bienes por los que no se ha hecho el esfuerzo de obtenerlos de un modo legítimo. No alcanza con tener necesidades no cubiertas.

Un hombre con principios, un ciudadano con valores, no se quedaría jamás con algo que no le pertenece, aun con cuestiones sin resolver en su vida personal y familiar. Y ya no porque se trata de un delito, no por lo que dicen las leyes, sino porque el mas elemental sentido de la honradez, de la honestidad, dirá que solo se puede poseer aquello por lo que se trabajó previamente, por aquello por lo que se pagó con recursos propios, derivados del esfuerzo personal y no esquilmados a otros de modo coercitivo.

Por eso, por ese vital motivo que tiene que ver con las creencias, con los ideales, con los principios, no deberíamos hablar de pobreza como sinónimo de carencias materiales, tendríamos que poder diferenciarla de aquella que se define como la verdadera miseria humana. No es pobre quien no tiene recursos económicos, es pobre quien carece de criterio, de principios, de valores, de ideales y creencias.

Durante mucho tiempo hemos hablado de pobreza como sinónimo de indigencia. Y lo hemos vinculado con cuestiones meramente dinerarias. Tal vez debamos revisar esa visión y concluir que los miserables, los seres despreciables, son aquellos que amparados en supuestas necesidades básicas, se creen con derechos especiales que los hacen merecedores de la dádiva de la sociedad, de ese coercitivo altruismo culposo que algunas culturas pretenden amparar sin chistar.

Mucho más despreciables son aquellos que hacen beneficencia con patrimonio ajeno, con el dinero de todos, con los bienes de los contribuyentes. Recitan grandilocuentes discursos, diciendo que los postergados merecen recibir ayuda de la sociedad y para ello meten mano a los recursos de la comunidad, a esos que les han quitado vía impuestos para distribuirlos como si fueran propios.

Si tan convencidos están de la justicia de esa distribución, pues podrían empezar entregando sus bienes personales, dando el ejemplo con su patrimonio e instando a otros a imitarlos y hasta convocar a grandes colectas voluntarias u organizarse socialmente para reunir esos fondos con gente que posea idénticos ideales altruistas. Pero no resulta demasiado razonable esto de hacer beneficencia con lo quitado a otros, con lo sustraído discrecionalmente, mediante el uso de la fuerza.

Por eso, en tiempos en que la cultura parece marcar mandatos que sostienen “que la necesidad genera derechos”, algunos tendrán que repasar su concepto de pobreza. La inmensa mayoría de los pobres se esfuerza día a día por salir de su situación, trabajan mas horas de lo aconsejable, se ocupan de actividades que pocos aceptarían, disfrutan casi nada de los tiempos familiares y no pueden darse lujo alguno. Pero tienen principios, creen en sus sueños, luchan para que llegue el momento de salir del pozo, tienen la esperanza que en ese recorrido, encontrarán el camino de salida.

Y si aun no logrado encontrar ese sendero tan ansiado, no es porque les haya faltado esfuerzo en los más de los casos, sino porque los burócratas de siempre se han ocupado de quitarles la libertad, de sacarles con impuestos el fruto de su trabajo, que es su principal herramienta para salir de la indigencia con dignidad y sin actitudes mendicantes e indecorosas.

La política, la demagogia, el clientelismo, el populismo más perverso, no solo los ha sumergido, sino que los humilla, los estigmatiza y se ha constituido en un aplastante techo y no en un piso como pretende, para sus oportunidades.

Pero cada uno de ellos, de los que pelean a diario, se muestran firmes en sus convicciones, ellos no caerán bajo la tentación del robo, no le quitaran sus bienes a otros, no harán la fácil, seguirán enviando a sus hijos al colegio y apostando por la educación como oportunidad para dar el gran salto, tratarán de alimentarlos de la mejor manera que puedan, ya no solo brindándoles comida sino con el impulso espiritual que sus principios potencian, dejando el legado del ejemplo como mayor riqueza.

Decididamente la mayoría de los pobres hace su mejor esfuerzo por sostener sus ideales. Saben que el trabajo, el esfuerzo, el defender lo suyo es lo que deja la luz encendida para que se presente algún día la oportunidad de salir del pantano.

Lo otro, el acceso al dinero sin sacrificio, el prestarse a la esclavitud a la que invita a diario el clientelismo, es ceder en sus convicciones. Algunos han vulnerado ese umbral y hoy son carne de cañón de los perversos personajes del presente. Terminarán en una cárcel como delincuentes, o tal vez solo sigan deambulando por las calles sin mas, pero de lo que estamos seguros, es que se trata de lo peor de nuestra sociedad. Intentar quedarse con lo ajeno, pretender que la sociedad toda los subsidie y se ocupe de lo que no pudieron no dignifica a nadie. Ser pobre y ser miserable son cosas bien distintas aunque algunos sigan confundiendo conceptos. Definitivamente no tiene que ver con la ausencia de recursos materiales, sino con aquellos, que son los menos, que abandonaron para siempre los principios morales independientemente de sus posibilidades económicas y que han pasado a ser parte de esa miseria que deshonra.

Alberto Medina Méndez

amedinamendez@gmail.com

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miércoles, diciembre 15, 2010

No regalarle más dinero a Cuba y demás chulos, para darle vivienda a los pobres venezolanos

Por: Jesús Antonio Petit Da Costa

(publicado en La Razón, el domingo 12 de diciembre de 2010 )

Tanto a los damnificados como a todos los sin techo propio se les puede dar vivienda o repararles la afectada por el desastre, invirtiendo para ello el dinero que se le regala a Cuba y a los demás países chulos que sostiene El Tirano, a costa de los pobres venezolanos.
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Si yo fuese el Presidente de la República desde 1999 hubiese aprendido de la tragedia de Vargas para no repetir errores. La lección está resumida en estas palabras: “La ocurrencia de desastres en el país comporta grandes pérdidas de vidas humanas y recursos materiales por la insuficiente preparación de la población, en términos de autoprotección, para defender en la medida de lo posible su propia vida y pertenencias esenciales. Así mismo, se advierte la frecuente descoordinación de los diversos órganos que intervienen en el momento de acaecer el desastre, lo cual más que constituir una colaboración vital, se transforma en situaciones de confusión y hasta de conflicto interinstitucional.” Esto se dijo hace nueve años en la exposición de motivos de la Ley de la Organización Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres, dictada mediante decreto-ley por El Tirano. El solo hecho de que estas fallas subsistan, a pesar de haber decretado El Tirano mismo una ley para subsanarlas, bastaría para destituirlo por ineptitud en el desempeño del cargo si en lugar de comunismo tuviésemos democracia. Conclusión: El Tirano es responsable de no haber preparado a la población para enfrentar el desastre y sobre todo de haber provocado la descoordinación institucional en la atención de las víctimas y reparación de los daños, al rechazar la cooperación de alcaldes y gobernadores por sectarismo político. En democracia esto no hubiese ocurrido.

¿Cómo hubiese preparado yo a la gente para evitar las pérdidas humanas? Haciendo lo que debió haber hecho El Tirano en acatamiento de su propia ley. En efecto la Ley de Tierras Urbanas dispone: “En las tierras urbanas calificadas de alto riesgo, por las autoridades competentes, no se podrá construir edificación alguna” (Art. 13). El Tirano debió impedirlo en las ciudades. No lo hizo por demagogia. Entonces los muertos por esta causa son suyos. Todos esos niños muertos porque se les vino un cerro o una vivienda encima, se les cargan a su cuenta. Su culpa es mayor por no haber cumplido lo que ordena su propia ley: “El Ejecutivo Nacional, ante la presunción o inminencia de desastres en terrenos urbanos de alto riesgo, declarará la zona en emergencia y de ser el caso, ordenará mediante acto administrativo motivado, el desalojo del área afectada y la demolición de las construcciones para evitar el riesgo de pérdidas humanas.” No actuó ante la inminencia del desastre, sino cuando ya el desastre se había producido. Eso de que le duele la suerte de los pobres es impostura. Si le doliera no habría permitido que su vida corriese riesgo habitando viviendas expuestas a derrumbarse por estar construidas en zonas de alto riesgo.

Advirtamos que no ha pasado un huracán, ni siquiera una tormenta tropical, gracias a Dios, ya que entonces medio país habría perecido. Todos los ranchos de Caracas, por ejemplo, se habrían venido abajo arrastrados por el agua y el lodo. Pero si bien no estamos en la ruta de huracanes, sí nos encontramos en una zona sísmica. ¿Qué consecuencias tendría un terremoto como el de 1967 en las zonas de alto riesgo, que son casi todos los cerros donde están los barrios pobres? Un gobierno que realmente se preocupe por la suerte de los habitantes de esos barrios debería trasladarlos a viviendas dignas en sitios seguros. Ello requiere una inversión muy alta, desde luego.

Si yo fuese Presidente de la República aprovecharía la advertencia que la Naturaleza nos ha hecho con las inundaciones y daría prioridad absoluta a un programa de viviendas. Adelanto que, para darle casa a los venezolanos pobres, no le daría más regalos a Cuba, incluyendo los 100.000 barriles diarios de regalo (se calcula el total de los regalos en 6.000 millones de dólares anuales que multiplicados por 8,5 da 51 mil millones de bolívares); no regalaría más dinero a Nicaragua, Bolivia y Ecuador; y cortaría los subsidios que se dan por medio de Petro-Caribe. Todo esto lo invertiría en viviendas para los damnificados y para todos los pobres.

Con lo que El Tirano le regala a Cuba y demás países chulos habría dinero suficiente para que los damnificados y todos los sin techo propio tengan una vivienda digna en un lugar seguro. Y para reparar las viviendas dañadas. Movilicemos a estos colectivos para que demanden que se haga esto. .

martes, diciembre 07, 2010

UNA REALIDAD VERGONZOSA: CRISIS POR ESCASEZ DE AGUA Y MUERTE Y DESOLACIÓN POR AGUA ABUNDANTE



Los venezolanos estamos viviendo de crisis en crisis, sufriendo distintos males que debían haber sido minimizados, en un régimen que se inicio con una gran credibilidad, seguimiento casi ciego de gran parte de la población y dinero abundante como nunca, para haber convertido a Venezuela en un ejemplo para América Latina y el mundo. Durante la primera parte de este año, nuestra crisis era la falta de agua, nuestros males por falta de agua, llegaban desde la sequía en muchas poblaciones y hogares, hasta la carencia de energía eléctrica. Sufrimos racionamiento no sólo de agua, sino de electricidad y pedíamos a gritos, agua, para solucionar parte de nuestros males.

El agua llegó y llegó muy abundante, copiosa y cayendo sobre un país urbanísticamente desorganizado y anarquizado por talas y desforestaciones indiscriminadas, invasiones y ocupación de terrenos absolutamente inestables, destrucción de cauces de ríos y zonas comprometidas en lagos y reservorios naturales de agua. A esto se unió, la falta de mantenimiento de carreteras, autopistas, puentes, quebradas y hasta los sistemas de alcantarillado, de las principales capitales del país.

El resultado ha sido evidente y nos ha tocado a todos de una u otra forma. A los más necesitados, a aquellos por quienes doblan todas las campanas y los megáfonos portadores de promesas que jamás se cumplen, les ha tocado la muerte, la destrucción de sus humildes hogares y la pérdida de sus coroticos, ganados con mucho trabajo.

Hasta aquí, este parte doloroso que se repite año tras año; unas veces, como ahora, con más intensidad y daño. Debemos insistir al gobierno nacional en que se enserien los grandes temas del país. Si esto nos sucede todos los años y en el país se respiran y se propagan los mensajes bolivarianos como una ley no escrita, recordemos entonces que Bolívar, nuestro Libertador, dijo con voz fuerte y en ocasión del terremoto de 1812: "…. Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".

Entonces, que esperan todos esos patriotas que agotan su saliva arengando al pueblo, para luchar y vencer a la naturaleza, que ya nos golpeó duramente apenas iniciado su gobierno en 1999. Esto no sirvió para nada, porque nuestra situación hoy, es más precaria que ayer, en estos menesteres. Hay que crear miles de refugios y albergues en todo el país, especialmente en los sectores de desastres históricos. Hay que potenciar un POV (Plan Operativo Vigente) para saber como actuar ante estos desastres repetitivos cada año, en los que pareciera que se improvisa como si fuera la primera vez.

Desde hace más de 12 años, se llevó a cabo en Caracas, un levantamiento muy técnico y profesional, bajo la responsabilidad del Cuerpo de Bomberos de Caracas, con ayuda de Universidades y expertos nacionales y extranjeros, y se produjeron los mapas de todos los terrenos de la zona metropolitana con su clasificación de riesgo, dándose recomendaciones para reubicar a las personas que ocupaban los de alto riesgo, con el fin de proteger la vida humana. Esto existe. Pónganlo a funcionar y si quieren ayuda, estamos a la orden para brindarla "Ad Honorem", porque amamos al país y a su gente.

Carlos Presencia Jurado
PRESIDENTE
Contacto: cpresen@aipop.com.ve – http://www.aipop.org.ve/