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sábado, marzo 14, 2009

El Método del दिस्कुर्सो ¡¡¡¡Tsunami!!!!


El Método del Discurso
¡¡¡¡Tsunami!!!!

Por: Fausto Masó

En el infierno, apenas de las 14 victimas llegaron al cielo; después que la ola se los llevó en los cachos, los ahogados recordaron qué divertido había sido adentrarse en el océano, cuando el mar retrocedió.

A continuación el tsunami los mandó para el carajo, la otra vida.

En Venezuela, el tsunami es la opinión pública, los posibles fallecidos la dirigencia de la oposición y del chavismo. Peguen el oído a tierra, oigan el mar de fondo, corran mientras haya tiempo.

De la nada, Juan Fernández se volvió líder nacional, a Hugo Chávez otro tsunami lo llevó a la presidencia: a finales de 1997, a principios de 1998, Irene Sáez, Alfaro Ucero, Salas Römer y hasta Claudio Fermín le llevaban la delantera.

El tsunami político llenará un vacío que no ven los que están ciegos... Como falta una oposición orgánica, una chispa, un acontecimiento, provocará la aparición de un líder nacional. Quizá esta situación se alargue hasta el 2012, quizá no llegue a diciembre y, de pronto, como ocurrió con el polaco Lech Walesa, surgirá ese líder.

Peguen el oído en tierra, escuchen la arrechera que provocan la pasividad de la oposición y las actitudes del presidente Chávez; claro que cabe siempre la posibilidad de que Chávez salga corriendo y diga que él no ha dicho lo que dice todos los días. Ya ha pasado, ojo.

A los gobernadores y alcaldes no los dejarán dedicarse a su gestión: están obligados a masticar chicle y andar a la vez. Los sacarán a patadas de sus oficinas o los reducirán a figuras decorativas. Manuel Rosales pide salir en defensa de Antonio Ledezma por aquello de ver las barbas del vecino arder.

El momento de plantarle cara al Presidente llegará, fatalmente.

Ellos cuentan con legitimidad y junto a los partidos verdaderos concertarían la inevitable unidad, a menos que el tren siga de largo y un tsunami los deje atrás y un eléctrico se lleve el gato al agua.

El gordo Machín, en 1999, obligó al Gobierno a parlamentar cuando los diputados saltaron por encima de las rejas del Congreso.

Como Chávez vive de meter miedo, lo primero es no asustarse; lo segundo, unirse. Demasiada gente que gritaba ni un paso atrás ahora jura que no marcharán más nunca porque se les acabó la suela de los zapatos. Ridículos. Y acusan constantemente a los dirigentes políticos de ineptos y traidores.

Esos charlatanes y estrategas de café con leche tienen a Chávez en Miraflores. No tenemos grandes partidos pero con esos bueyes hay que arar. Puyarlos, decirles la verdad, pero acompañarlos en este viaje a lo desconocido.

Hay un afán destructivo en algunos que quieren acabar con lo poco que se logra, lo cual no significa ocultar que los 5 millones y medio de electores que votaron por el "no" carecen hoy de organización y dirigencia. Apenas la oposición logra unificarse electoralmente sin forjar una unidad política.

También el tsunami arrastrará con nosotros los columnistas. Con Chávez cualquiera escribe. Mañana me cortarán la lengua, o no sabré abrir la boca.

Carlos Ortega estaba retirado cuando aspiró a secretario del sindicato de Petróleos de Venezuela.

Quizá la amenaza del tsunami sea un coitus interruptus, porque nuestros héroes están demasiado cansados, pero en las barberías, el Metro, las bodas, los divorcios, la gente anda con cara seria. El país tiene estreñimiento o quizá un día estalle.

Eso sí, si ven al mar retrocediendo, salgan corriendo.