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viernes, septiembre 24, 2010

¿Dónde está la victoria?


¿Dónde está la victoria? - Angel Lugo, Secretario Político del CEN de AD

Desde que el hombre ha participado en las guerras hay dos cosas que siempre ha perseguido: inventar el arma total o el arma final, y alcanzar la batalla definitiva. Ambos apuntan a lo mismo: destruir al enemigo de un solo golpe. Pero la misma historia muestra que a eso no se ha llegado. En la segunda guerra mundial los norteamericanos fabricaron la bomba atómica bajo la misma visión: el arma final. Y no solo lanzaron una, sino que lo hicieron dos veces sobre Japón. La Batalla de Carabobo no acabó con la presencia realista, se dieron posteriores enfrentamientos en Puerto Cabello y la Batalla Naval del Lago. Las grandes batallas tienen efectos en la capacidad de acción posterior y en la moral del contrincante.

Faltan pocos días para uno de los momentos más importantes en la historia política venezolana del siglo XXI. El 26S se enfrentan dos visiones, dos percepciones sobre el país y la pregunta que ya comienza a propagarse es… ¿dónde está la victoria?. ¿50? ¿60? ¿70 diputados? ¿La mayoría calificada? ¿La mayoría absoluta? Además de estas interrogantes, empezó el ejercicio de la autoflagelación: es decir, si no se obtiene la mayoría absoluta, entonces es una derrota. Pensar así es ubicarse en el plano del arma total o de la batalla final.

Más allá de las proyecciones, algunas hechas con cifras nacionales y no circuitales, y otras desconociendo el modo en fueron organizados los circuitos por el CNE, lo que va a mostrar el 26S es que hay una parte del país creciente, que no acepta, que se resiste y que se rebela a la implantación por la fuerza de un modelo en el que definitivamente no cree. Y esto ocurrirá después de 11 años, de novecientos mil millones de dólares de ingresos petroleros, de las listas Tascón y Maisanta, de los despidos, de las expropiaciones, de la aplicación de un inmenso aparato comunicacional – cultural, de la concentración del poder.

Es cierto que la oposición podía haber hecho una mejor campaña. Es cierto también que faltó mayor unificación de los mensajes. Pero el trabajo ha sido gigantesco. Con recursos exiguos la Unidad Democrática ha tocado las puertas de las casas de los venezolanos en sus barrios, urbanizaciones y pueblos. Ha recorrido circuitos cuya extensión territorial o poblacional corresponden prácticamente a la de una gobernación. Los candidatos han sido acompañados por gente de todas las edades: allí están los jóvenes con sus franelas y sus banderas. Se ha hecho el esfuerzo grande de cimentar la Unidad, de construir propuestas válidas para todas las tendencias, de definir candidaturas. No es perfecta la Unidad en cuanto a candidatos. Pero tampoco lo hubiese sido si se integraban los que quedaron por fuera, porque siempre habrá voces alzando su opinión en defensa de otros candidatos, aduciendo legítimas razones, motivaciones morales, capacidades políticas y méritos de lucha social.

La oposición se enfrenta a un contrincante formidable por su tamaño ―el partido-Estado―, por la tremenda concentración de poder institucional, de recursos financieros, por el uso y del abuso de la infraestructura gubernamental (ministerios, gobernaciones, alcaldías, vehículos gubernamentales, funcionarios públicos, unos tarifados, otros obligados). Sin embargo, ese país que se resiste sigue allí. No es cuestión de una batalla decisiva, que tampoco es cualquier cosa, sino de un paso muy importante hacia el cambio democrático. Las batallas decisivas son el resultado de procesos. Lo que mostrará el 26S en la noche es la voluntad humana, voluntad de un país de mantenerse, de decir estoy aquí, sigo aquí. Lo que veremos será la voluntad de la sociedad venezolana de resistir, de no dejarse imponer y seguir enfrentando desafíos. De esos saben los militares y de eso saben los políticos…

Angel Lugo
Secretario Político del CEN de AD