La alquimia no es el difícil proceso químico que la gente supone. La alquimia consiste sencillamente en transformar el plomo del fracaso por el oro del éxito. Cambiar el plomo de la mediocridad por el oro del genio. Por supuesto, ésta labor requiere sacrificios, disciplina y una fe inconmovible en nuestra capacidad y talentos para alcanzar los objetivos que nos propongamos.
La actual situación de Venezuela claramente podemos graficarla de un oscuro gris plomo. ¿Obligatoriamente debe ser así o podría ser de un dorado radiante? ¿Tenemos los venezolanos los recursos y las capacidades para vivir muchísimo mejor que ahora? La respuesta a ésta interrogante es obvia. ¿Qué debemos hacer para cambiar ésta desagradable situación? Hay muchas formas, pero podríamos comenzar por transformar el plomo de un gobierno autoritario, bárbaro y primitivo encabezado por un hombre incapaz de gobernar su indócil y envenenada lengua, por el oro de un gobierno respetuoso de la dignidad de las personas, de las libertades y derechos humanos, que promueva la iniciativa, la creatividad y productividad de todos y cada uno de sus ciudadanos y no pretenda imponerles normas de conducta e ideologías absurdas, que los propios líderes de ese gobierno no practiquen.
Para que Venezuela sea una nación verdaderamente democrática, independiente y capaz de desarrollar sus potencialidades y que sus habitantes vivan satisfactoriamente y en armonía, su gobierno no puede estar en manos de gente cegada por la perversidad, la codicia, la deshonestidad, la violencia, el odio y el deseo insano de causarles perjuicios a sus conciudadanos. Gente irresponsable, incapaz e incompetente no debe dirigir un país.
Es momento propicio para que nos dediquemos a hacer alquimia para Venezuela.
Jorge Ramírez Fernández
8.323.315
e-mail: jorgeramirezfernandez@hotmail.com
www.jorgeramirezfernandez.blogspot.com
Barcelona Anzoátegui
miércoles, diciembre 16, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario